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La FIUBA en el rompehielos Irízar

26 de diciembre de 2017, 17.00
Alumnos de la carrera de Ing. Naval y Mecánica de la Facultad de Ingeniería de la UBA participaron en el proceso de recuperación del rompehielos Almirante Irízar, que luego del incendio que sufriera en abril de 2007, volverá a cumplir sus tareas habituales de abast...

Alumnos de la carrera de Ing. Naval y Mecánica de la Facultad de Ingeniería de la UBA participaron en el proceso de recuperación del rompehielos Almirante Irízar, que luego del incendio que sufriera en abril de 2007, volverá a cumplir sus tareas habituales de abastecimiento en la Antártida Argentina. 

El Irízar –construido en 1977 en Helsinki, Finlandia, y que también ha cumplido funciones como buque “hospital” y de “rescate”–, es escenario de las “prácticas de embarque”, a través de las cuales alumnos de la FIUBA, en coordinación con un docente designado por el Departamento de Ing. Naval, pueden desplegar sus conocimientos teóricos. 

**Dos alumnos cuentan su experiencia **

El Ing. Tomás Di Benedetto –en la foto principal que ilustra esta nota–, que acaba de terminar sus estudios de grado en diciembre de 2017, cuenta que participó recientemente en las pruebas de mar y de hielo, realizadas sobre el buque, luego de su reparación. “Las pruebas apuntaron a reproducir las exigencias máximas a las que puede llegar a estar sometido el buque y por lo tanto son maniobras y procedimientos pocas veces realizados en el barco –las últimas se implementaron en 1978, cuando el buque fue adquirido por la Armada Argentina. A grandes rasgos, las pruebas de navegación consistieron en las pruebas de Endurance, Speed trial, Turning Circle, ZigZag, Crash Stop, entre otras, y para las de hielo una ruptura continua en navegación de hielo de un metro de espesor y en modalidad ‘ramming’, con hielos de 4.5m de espesor”, detalla Di Benedetto, agregando que la navegación duró aproximadamente cuarenta días, con destinos como Mar del Plata, Puerto Belgrano, Ushuaia, Sector Antártico, Islas Orcadas y el retorno hacia Buenos Aires: “cabe aclarar, además, que la vida abordo es una experiencia formativa ya que nosotros, como futuros ingenieros navales, somos quienes debemos proyectar buques de cualquier tipo”, subraya.

Di Benedetto es actualmente ayudante segundo interino de la materia "Introducción a Máquinas Marinas" del Departamento de Ingeniería Naval. Hasta comienzos de 2017 se desempeñó dentro de la industria naval y desde 2009 ejerce como profesor de la Escuela Técnica N°1 "Otto Krause", casa de estudios donde egresó como técnico mecánico.

“Las transformaciones realizadas en el buque le aportaron una importante actualización en comparación a los equipos que poseía a la hora de su construcción. Cabe recordar que el buque había sido adquirido por la Armada Argentina en el año 1978, y desde ese entonces hasta el día del incendio, sus sistemas eran los mismos. En esta etapa la propulsión fue renovada: se dotó de una planta de generación diésel eléctrica de corriente alterna, resultando así eléctricos y sincrónicos sus dos motores propulsores –la vieja instalación era de corriente continua. Además, fue puesta en valor la cubierta de vuelo –vital para el abastecimiento antártico– y el casillaje fue dotado de un incremento significativo para el alojamiento de científicos. Un buque de tales características es sinceramente único. Su propulsión es única, su modo de navegación es único y el fin para el cual se lo requiere, también. A modo de opinión personal, la Argentina debería ser un país pionero en materia de buques rompehielos, como así también en navegación y abastecimiento antártico. El éxito de la soberanía nacional radica en ser soberano sobre los medios tecnológicos y productivos que llevan a poder ejercer la soberanía sobre el propio territorio”, reflexiona Di Benedetto.

Ariel Bertolotti es otro de los alumnos avanzados de Ing. Naval y Mecánica que también formó parte de esta propuesta pedagógica. Bertolotti señaló que en el marco de las prácticas contempladas en el programa de estudio pudo realizar pruebas de sondaje, pruebas de generadores y simulacros de incendio. “Además vi maniobras de fondeo, de aterrizaje del helicóptero al hangar, entre otros momentos de aprendizaje”, recuerda, detallando que “en los últimos cuatro años, ningún alumno de la carrera había hecho estas prácticas. Fui el primero en hacerla después de un año de espera. Un mes después fue mi compañero Tomás Di Benedetto. Se suele armar una lista de los alumnos que desean hacerla y se elige por orden de mérito entre los más avanzados”.

Sobre el Irízar, Bertolotti –que espera obtener el título de grado como Ingeniero Naval en 2018– coincide en que se trata de un buque especial: “hay muy pocos en el mundo que muestren estas características de poder navegar sobre aguas frías y romper hielos. Presenta un sistema de burbujeo para que el hielo no se pegue al casco, el acero es resistente a bajas temperaturas, tiene la proa más pesada para romper el hielo por su propio peso, su motor es eléctrico para tirar marcha adelante y marcha atrás constantemente y posee de un hangar para dos helicópteros, que llevan las provisiones cuando no se puede hacer de forma convencional, entre otras ventajas”.

Sobre las Prácticas de Embarque

Desde el Departamento de Ingeniería Naval recuerdan que las Prácticas de Embarque tienen como objetivo que los alumnos de la carrera de Ingeniería Naval y Mecánica “puedan apreciar en la realidad el funcionamiento de todos los sistemas y las tareas necesarias para la operación de un buque: propulsión, gobierno y generación eléctrica; habitabilidad y seguridad; amarre, fondeo y remolque, entre otros ejercicios". Además, las Prácticas de Embarque, que consisten en 192 horas continuas o más de navegación, reciben cuatro créditos, otorgados por la Comisión Curricular de la carrera. 

“Teniendo en cuenta que para lograr el objetivo de la práctica de embarque es de fundamental importancia que el alumno cuente con los conocimientos teóricos y prácticos de determinadas asignaturas de la carrera, se fijan como correlativas las siguientes asignaturas, que deben tenerse aprobadas antes de inscribirse en la práctica de embarque: 65.30 Electrotecnia General D, 73.05 Introducción a Máquinas Marinas, 73.11 Máquinas Marinas I, 73.12 Máquinas Marinas II, 73.07 Construcción Naval II. Se recomienda a su vez tener aprobadas las asignaturas Navegación y Máquinas Marinas III”, explican desde el departamento.