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Seguridad estructural en construcciones civiles

11 de octubre de 2016, 21.00
El Laboratorio de Métodos Numéricos en Ingeniería de la FIUBA (LMNI) estudia el comportamiento de falla de materiales ingenieriles, con especial interés en aquellos hormigones que presentan ciertas particularidades: hormigones con fibras, de alta resistencia, con a...

El Laboratorio de Métodos Numéricos en Ingeniería de la FIUBA (LMNI) estudia el comportamiento de falla de materiales ingenieriles, con especial interés en aquellos hormigones que presentan ciertas particularidades: hormigones con fibras, de alta resistencia, con agregados reciclados, o expuestos a acciones extremas como fuego o altas temperaturas. Según cuenta Paula Folino, doctora en Ingeniería e integrante del laboratorio, “las investigaciones teóricas permiten el desarrollo de modelos matemáticos para representar la respuesta del material y predecir computacionalmente su comportamiento. También se complementan con investigaciones experimentales no estandarizadas que permiten calibrar los modelos teóricos”. 

El trabajo en áreas de ingeniería estructural, mecánica computacional e ingeniería de materiales produce una trasmisión de conocimiento que va de la comunidad científica al ámbito profesional. Se trata de una línea de investigación que apunta a mejorar la seguridad estructural de las construcciones civiles, con el propósito de contribuir a la predicción de falla de ciertas estructuras con alta precisión y formar profesionales altamente capacitados en el área de Ingeniería Civil.

Desde su creación en 2004, el grupo lleva presentadas tres tesis de doctorado y tres tesis de grado; y ha recibido la visita de profesores e investigadores de destacadas universidades extranjeras, así como estudiantes de doctorado y maestrías internacionales. “Nuestro país tiene un fuerte desafío a partir de la realización de muchas obras de gran envergadura, es por eso que ponemos el foco en la formación de docentes en ingeniería”, explica Folino. 

Además de su director, el Dr. Guillermo Etse, de amplia trayectoria en la modelación numérica de materiales cohesivo friccionales, el grupo está integrado por otros catorce miembros de distinto desempeño académico: tres investigadores formados; dos investigadores en formación; dos becarios CONICET; dos docentes de la cátedra de Hormigón; y cinco alumnos de la carrera de Ingeniería Civil, tres de ellos becarios del Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC).

“Los estudiantes que se acercan al grupo pueden desarrollar su tesis de grado, participar como colaboradores del área experimental o participar del ‘Proyecto de Introducción a la Investigación’, actividad que organizamos desde 2011 con el fin de introducir a los alumnos en la investigación, las líneas que se estudian en el grupo, y también, en conocer los posgrados que pueden estudiar”, destaca Folino, quien remarca que la actividad del laboratorio se financia a través de proyectos de investigación de la UBA, el CONICET, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación (MINCyT) y la Unión Europea (EU): “Actualmente tenemos dos proyectos en curso. Uno financiado por la UBA y otro por la UE. Y contamos además con el apoyo de empresas e instituciones como la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA)”. 

En cuanto a su equipamiento, el laboratorio dispone de una prensa triaxial servoasistida de 200 toneladas de capacidad a comprensión, una celda traixial de alta presión de 70 MPa y una pulidora de probetas de hormigón o roca que permite perfilar caras planas y paralelas. Esta base tecnológica hace posible los ensayos sobre materiales con distintos escenarios de carga y el control del desarrollo de las pruebas a través de las deformaciones que va experimentando cada espécimen. Además, desde el grupo se puso en marcha la realización de ensayos de flexión de 3 puntos sobre vigas con entalla, controlados a partir de la abertura de fisura.

Para Folino, la promoción de un vínculo firme entre investigación y aplicación es fundamental para la Ingeniería Civil. “Hay que desmitificar la idea de que los investigadores trabajan aislados del mundo profesional. Deben trabajar para beneficio de toda la comunidad, sin perder de vista que los temas de investigación deben ser de interés internacional”, argumenta estadocente e integrante del Laboratorio de Métodos Numéricos en Ingeniería de la FIUBA. Y agrega: “Que la UBA se encuentre en los rankings internacionales como una de las 100 mejores universidades del mundo, se debe en gran medida a los trabajos de investigación y doctorado. No hay que olvidar que además de impartir conocimiento, debemos generarlo. A veces el conocimiento producido no es de aplicación inmediata, pero tarde o temprano, será de aplicación”.