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Vibraciones controladas

16 de marzo de 2018, 19.15
¿Quién hubiera imaginado que un riff de Angus Young, emblemático guitarrista de AC/DC, en el estadio de River Plate podría vincularse alguna vez con un grupo de investigadores de la FIUBA? Pero en 2009, luego de una serie de denuncias por parte de vecinos del barri...

¿Quién hubiera imaginado que un riff de Angus Young, emblemático guitarrista de AC/DC, en el estadio de River Plate podría vincularse alguna vez con un grupo de investigadores de la FIUBA? Pero en 2009, luego de una serie de denuncias por parte de vecinos del barrio porteño de Núñez al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se decidió –convenio mediante– convocar al Laboratorio de Dinámica de Estructuras (LABDIN) de la Facultad de Ingeniería de la UBA, dedicado a desarrollar una serie de mediciones y análisis de los efectos que generaba el salto de más de 50 mil personas al mismo tiempo en edificios de esta zona, y no necesariamente los más cercanos al predio en el que se desarrollaba el evento ni los más altos. Algo similar a lo que ocurre con otras fuentes de vibración y sus diferentes efectos sobre las instalaciones.

“Los movimientos originados por la actividad humana son fuente de innumerables litigios, de demandas por daños, paralización de obras y perjuicios ambientales para miles de habitantes

en los grandes centros urbanos. En los últimos años, la introducción de nuevos equipos y metodologías de construcción –por ejemplo, la hinca de tablestacas por vibración– y la realización de eventos musicales en grandes estadios han incrementado significativamente la incidencia del efecto de las vibraciones sobre el medio ambiente en las grandes ciudades y, particularmente, en la Ciudad de Buenos Aires”, introduce el Dr. Ing. Raúl Bertero, director del LABDIN.

“Para ambos tipos de vibraciones (las originadas por causas naturales y por la actividad humana)–detalla para .ing–, resulta de fundamental importancia la medición de las aceleraciones en estructuras existentes y en modelos de estructuras por construir, mediante ensayos en laboratorio y de campo para determinar el nivel de molestia o riesgo involucrado y para que la industria local pueda desarrollar los productos innovadores que en otros países permiten disminuir las consecuencias de las vibraciones sobre las estructuras, las instalaciones, las personas y el medio ambiente”.

Ingeniero Civil, doctor en Ingeniería, actual vicedecano de la FIUBA

Desde el LABDIN –que forma parte del Laboratorio de Materiales y Estructuras (LAME) con sede en Av. Las Heras 2214–, también se ocupan de llevar a cabo el diagnóstico y la mitigación de vibraciones trasmitidas por el terreno debidas al tránsito de camiones, subterráneos y ferrocarriles; vibraciones trasmitidas por el terreno debidas a actividades de construcción y pilotajes; otras generadas por la acción de máquinas alternativas y rotativas (compresores, turbinas, motores); las que provocan la acción del viento en edificios, chimeneas, puentes, carteles, cables y las generadas por la acción sísmica. Además, el laboratorio determina en forma directa indirecta, mediante análisis de vibraciones, la tensión de cables; y obenques, frecuencia natural y coeficiente de amortiguamiento de edificios, puentes y otras estructuras. También forma parte de su actividad el monitoreo permanente de las vibraciones de puentes, diques y otras estructuras para detectar cambios en los patrones de respuesta que revelen el deterioro de sus componentes.

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